martes, 13 de mayo de 2014

Artes marciales filpinas: la eskrima

Filipinas es un pueblo guerrero que resistió con bravura el embate portugués. Cuando los ibéricos tomaron control de las islas, prohibieron el porte de espadas para reducir el riesgo de insurrección. Los filipinos, en respuesta, desarrollaron técnicas de combate agrupadas bajo el nombre Eskrima o Kali que tomaran en consideración estas limitaciones impuestas. Una versión diferente de la historia cuenta que los monjes jesuítas españoles, fieles al espíritu combatiente de su fundador, Ignacio de Loyola, entrenaron a los indígenas en técnicas marciales para defender sus tierras de los despreciables moros de Indonesia. Lo más probable es que el génesis del Eskrima se encuentre en un punto medio entre ambas versiones.
La fortaleza del Eskrima se centra en el dominio de dagas y bastones (conocidos como Olisi) tanto en su uso como en su confrontación. Sus técnicas de desarme son contundentes. Dado su origen popular, durante muchos años el Eskrima fue un arte marcial sin formalismos ni estructura jerárquica. Este desarrollo por fuera de instituciones rígidas ha permitido que el Eskrima se mantenga fresco y vital, siempre abierto a nuevas aproximaciones y propuestas.
Entre los practicantes actuales más renombrados del Eskrima, también conocidos como Eskrimadores, se destacan los ya legendarios Venancio “Anciong” Bacon, Dan Inosanto, Mike Inay, los hermanos Remy y Ernesto Presas y el gran maestro Ciriaco Cacoy Cañete, fundador de la mítica escuela Doce Pares.
La filosofía del sistema de eskrima es simple; 'el todo es más grande que la suma de sus partes'. Colocando a los fundamentos y principios por encima de las diferentes técnicas, tácticas e inclusive del acondicionamiento físico. Por ejemplo, una técnica o táctica no funciona en sí misma, si no está combinada con los conceptos de angulación, sensibilidad, equilibrio, potencia, rapidez, enfoque, timing/ sincronización y actitud. Gracias a la combinación de estos elementos, al final el todo es mucho más eficaz de lo que sería normalmente la suma de las partes. Por esta razón, las técnicas practicadas en el eskrima solo son herramientas para comprender, aceptar y guardar fundamentos. El número de técnicas diferentes aprendidas por un individuo no aumenta su nivel de competencia de este sistema, al contrario de muchos donde se acumulan muchas técnicas, inclusive copiándolas de otros estilos. Las técnicas solo son movimientos hasta que están combinadas con los conceptos intrínsecos de la lucha, sea con armas, o cuerpo a cuerpo.

Como complemento a las técnicas físicas, el Eskrima más tradicional incluye componentes esotéricos cercanos a la tradición ocultista filipina. Amuletos de protección, suerte y sanación como el Agimat son frecuentes entre sus adeptos, al igual que ciertas formas de brujería naturista.
En Latinoamérica, el Eskrima ha sido acogido con entusiasmo en países como México y Chile, donde ya hay escuelas consolidadas con décadas de historia