Tras esta
definición se engloban una gran cantidad de estilos de combate que desde la
antigüedad hasta bien entrada la edad moderna se fueron desarrollando en
diversos lugares del continente europeo. Especialmente han llegado a nosotros
las originarias de la época medieval y moderna, en especial las referentes a la
esgrima de espada de mano y media así como las que se refieren al uso de la
espada ropera de la época moderna.
Al igual que
sus homólogas asiáticas, las artes marciales tradicionales europeas,eran
transmitidas de maestro a alumno generación tras generación. Pero también han
llegado a nosotros a través de códices y manuales de la época
Había tantos
estilos de combate como armas podían ser esgrimidas, además de multitud de
sistemas marciales de pelea sin armas.
Con la
proliferación y evolución de las armas de fuego, llegó la decadencia de estos
sistemas marciales con armas cuerpo a cuerpo, tanto en el ámbito civil, como en
el militar. Mientras que en Japón por su aislamiento (al igual que en general
en el ámbito asiático hasta el siglo XIX se conservaron fácilmente las artes
marciales tradicionales, en Europa muchos estilos cayeron en el olvido debído
al abandono de su práctica, o evolucionaron hasta convertirse en actividades
deportivas con poca o ninguna similitud a los sistemas de combate de los cuales
provenían.
A día de
hoy, multitud de grupos en Europa y otras partes del mundo, se esfuerzan por
recuperar esos estilos de combate, usando para ello la información recogída en
multitud de viejos tratados e interpretándola dentro del marco de una sala de
armas donde practicar las viejas técnicas de combate que se describen en dichos
manuales.
Dentro de las AMTE hay diversas
vertientes, puesto que poco tiene que ver un sistema de combate pensado para
una batalla, con otro ideado para la autodefensa o de un tercero creado para el
juego de las armas en un contexto lúdico o deportivo.
Cada una de
estas visiones de las artes marciales europeas, tiene su propia idiosincrasia y puede ser practicadas de
manera individual si así se desea, aunque por lo general y debído a la fuerte
sinergia que hay entre ellas es común que un artista marcial se dedique a
practicar dos o hasta las tres facetas de las AMTE.
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